lunes, mayo 17, 2010

El traesteo de la vida




No puedo tirar la toalla, no porque no quiera, sino porque no tengo…

Dos años de ausencia se pueden resumir en una palabra: nada...

El final del principio del inicio del fin, está en el fondo de una botella…


Aquí me encuentro viendo como cambia un banner de publicidad una y otra vez, esperando el "que puedo cambiar en mi vida…" obstinado, bebiendo de una caja de tetrabrik como los viejos tiempos y resumiendo mis últimos casi 3 años de vida en una palabra: nada.

Que si el autosaboteo, que si el universo conspira en tu contra, que si eres una veleta esperando la suerte de un mejor viento… o de un nuevo viento, simplemente todo se puede resumir en este epitafio:



En estos momentos recuerdo el por qué me ladilla tanto el mundo real: porque realmente es toda una farsa de buenos días y una carga que pocos desean llevar. Hay veces que dentro de uno, se rompen cosas que no se vuelven a componer, la inocencia es una de ellas.

Por lo menos en algunos lugares, el salitre tapa el olor a los muertos que caminan vivos, esperando la resurrección de andar cual vivos cuando están muertos en la flor de la vida misma.

Hay veces que la vida te pone responsabilidades que, cuando decides aceptarlas, todo el mundo se apunta indicándote lo mal que lo haces. Al final es parte de la mecánica en esta bola de polvo, donde un extraterrestre juega al purgatorio más grande del universo, que sella nuestra existencia con sangre.

Definitivamente, me quedo con mi mundo virtual…

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